domingo, 2 de enero de 2011

Matices Navideños

Navidad 2010, día 19, domingo, unos cuantos años atrás dejé de asistir al Hogar San Pedro, no recuerdo cuando fue la última vez, apuesto que mi amiga Milagros sí lo sabe, pero sabiamente no me lo recordó, ni me presiono por ir como en veces anteriores, los amigos verdaderos te conocen muy bien y saben que en su momento, estarás con ellos, apoyándolos. Contar lo que significa para mi esta visita al hogar, desde la primera vez que participé, requiere varios posts, tal vez un blog propio, pero esta vez, deseo compartir una historia, real y cruel, que me mostró, de una manera reposada, que a veces un problema agobiante, por más grande o complicado que sea, puede ser nada si solo escuchas a una persona que quiere tan solo un poco de atención.


Esta vez me tocó apoyar en la sección Adultos, es decir, hacerme cargo de los pacientes adultos, luego de la misa, los pacientes almorzaron, tiempo en el que aprovechamos también en compartir los miembros del grupo (que por cierto su nombre es "Help Me") un diverso y hot-dog-ciento almuerzo. Terminado ello, cada uno se hacia responsable de la labor encomendada, en mi caso, darle atención a los adultos, que se sientan bien, que se distraigan, que olviden al menos por un día la enfermedad y tristeza que les agobia. Para los que me conocen, saben que no soy una persona precisamente sociable-divertida-extrovertida, así que no era una labor fácil, al menos para romper el hielo, pero afortunadamente, para eso están los miembros del grupo, para ayudar, y una personita carismática me ayudo en ello.

En esta visita conocí a Celia, quien estaba muy interesada en los carteles de los pabellones, pues tenían palabras en idioma Quechua, fue su curiosidad y afán de investigación lo que la llevo a conocer a "Paciente" (la nombrare de esta manera por dos razones: la primera es que no creo ético poner su nombre real, y la segunda es que no recuerdo su nombre... las disculpas del caso), Paciente es una señora de algo mas de sesenta años, tal vez un poco más, se moviliza en silla de ruedas, y no ve bien, alguna limitación en su vista, recuerdo que mencionó ser originaria de alguna provincia del Cuzco, y por ello hablaba muy bien el Quechua, pues desde niña lo aprendió, al igual que el castellano. Celia quedo encantada con ella, anotaba las respuesta que cariñosamente Paciente otorgaba, con una calma que solo la edad y experiencia le daban, mujer muy religiosa además.

Compartiendo una improvisada lección de Quechua.
Yo al principio solo escuchaba, luego converse con otro paciente que también participaba de la improvisada clase de idiomas, él es de la zona oriental del país, y al igual que Paciente, usa también una silla de ruedas. De un momento a otro Celia se separó del grupo, no sin antes despedirse amablemente de cada paciente, contentísima con lo aprendido, luego se retiró mi nuevo amigo del Oriente, y me quede conversando con Paciente, la conocía "de vista" desde las visitas en años pasados, pero no era hasta ese momento que me quede a solas con ella.

El clima era mas que agradable, el brillo solar era especial, no quemaba, el viento no era muy fuerte, refrescaba, pero aun así nos refugiamos a la sombra de un pequeño árbol, escuchaba atentamente lo que Paciente me contaba, sobre su tierra, su familia, pero debo confesar, que ese clima tan agradable, y el haber despertado tan temprano un domingo, por ratos, sin poder controlarlo, se me cerraban los ojos.

Seguía yo en esa lucha de recobrar mi atención hacia ella, sabia que no veía bien, pero no debía aprovecharme de ello, sin embargo, en un momento sentí su mano sujetando con confianza mi brazo, diciéndome : "Te voy a contar como llegue aquí" , esa frase me despertó completamente, y pensé decirle que no era necesario, que no era momento para cosas tristes, recuerdos lamentables y dolorosos, pero comprendí al instante de sentir su mano, que era una especie de apoyo que ella buscaba, atención a algo muy personal, y decidí escucharla.

De muy joven emigró hacia Lima, de tan solo catorce años, como muchas provincianas, empezó a trabajar de empleada en un acomodado hogar de la capital, la acogieron y realizaba diversas tareas, una de esas tareas, se la ordenaron un domingo, temprano, tenia que desplazarse a pie, no quedaba muy lejos, no recuerda bien que tarea tenía que efectuar, el caso es que no le demoro mucho, llevaba consigo un paquete, algo pesado para ella, debía cruzar la calle, una calle amplia me relataba, imagino que aquellas de doble sentido, cruzó bien la primera pista, pero en la segunda, escucha un ruido fuerte, y siente que "vuela" en un momento, y en otro momento un fuerte golpe en todo su cuerpo, sentía un peso enorme, no dolor, pero si que algo pesado no la dejaba moverse, todo estaba oscuro, solo escuchaba gritos y voces de reclamo, groserías, poco a poco entendía un poco más lo que vociferaban, le exigían al chofer que la lleve a un hospital cercano y él se negaba, luego sintió que la levantaban, ella no podía hablar ni moverse, pero si recupera la vista, algo borrosa, la acomodan a lo largo de un asiento del microbus y se pone en marcha, mientras va recuperando la totalidad de su visión, escucha ya mejor, oye decir al chofer que le comenta al cobrador llevarla hasta el ultimo paradero, para decidir qué hacer, ella aun no puede hablar, lo intenta, pero no puede, intenta moverse, y no puede.

Llega así al ultimo paradero, es de mañana aun pero por ser domingo es un lugar casi deshabitado, Paciente comienza a sentir frío, trata de moverse, le responden los brazos ... "no sentía dolor" me dice, como viviendo nuevamente esa experiencia, la note compungida, hizo una pausa, y dándose fuerzas, continuó con el triste relato... se acercó el chofer, desalmado le dice "hijita, levántate, ya levántate, no tienes nada, párate y vete a tu casa hijita, tu no tienes nada... ", Paciente, en su humilde inocencia, le hizo caso y trato de reincorporarse pero era imposible, las piernas no le respondían, como no recobraba el habla, no expresaba lo que sufría en ese momento, el malvado intenta levantarla, pero el cuerpo de Paciente es incapaz de sostenerse, la vuelve a acostar diciéndole: "hijita, toma diez soles, es para tu regreso a tu casa y comprate una crema para golpes, con eso se te pasa" y sin más, la dejan allí, a solas, tendida en el asiento, con el frió húmedo que solo la capital sabe dar.

Pasadas unas horas, intenta nuevamente levantarse, se apoya mal y cae de golpe al piso, se arrastra hasta la altura del estribo del vehículo, las puertas la dejaron abiertas, y se queda allí, acostada, llorando y rezando ...(pausa extensa de Paciente y me percato que en el jardín mis amigos avisan a los demás de que el show infantil esta por empezar).

Paciente continua su relato, un taxista pasa cerca del microbus, al verla tendida, retrocede, baja, se aproxima  y le pregunta: "niña, que te sucede, anda a tu casa, que haces sola aquí?", Paciente (que ya puede hablar) responde: "Me atropellaron y me trajeron hasta aquí, no me puedo mover, llévame al hospital por favor, tengo frío", el taxista se niega, teme de que el hospital o la policía lo culpen del atropello, Paciente insiste, lo suplica, llorando le dice que la deje cerca de la casa en donde trabaja y que ya Dios la ayudara para llegar, así no lo verán y no lo culparán, el taxista, al fin, accede, la carga en sus brazos y la traslada hasta cerca de donde le había indicado.

Pasa un tiempo, ella no recuerda cuánto, por ser Domingo, el lugar estaba desolado, pronto se acerca un patrullero, movilidad policial, bajan dos efectivos, la miran, le hacen la misma pregunta que hizo el taxista, y obtienen la misma respuesta, le pregunta por la placa del vehículo que la atropello, no sabe (cómo saberlo), la cargan nuevamente y la trasladan al hospital.

... se acerca mi amigo Jorge a avisarme que el show infantil ya empezó, que lleve a Paciente, le digo que en unos minutos más estoy con ellos ...

Paciente se disculpa conmigo, por contarme cosas tristes, yo no sé qué responder, sentía tanta rabia por saber que tan mala puede ser una persona, que piensan más en sí misma que en el prójimo, que son insensibles, e imaginaba a ella, una niña de catorce años, con todo un futuro por delante, verse truncado de esa forma tan trágica e inhumana.

Al hospital ingresó con una fiebre altísima, la atendieron, cuando el doctor habló con ella, le dijo que cómo pudo sobrevivir ante todo lo que sufrió, tenia la columna rota, desde el golpe del accidente, aun así, la ignorancia de los malévolos autores y de las personas que lo presenciaron, permitió que la movieron varias veces, complicando su situación. Tiempo más adelante no pudo operarse, no tenía los medios necesarios, estuvo bastante tiempo internada, pues se contagió de otras enfermedades, fue así que finalmente, un voluntario del Hogar, le recomienda internarse en este centro caritativo, y así fue como llego a este acogedor lugar.

Esos días previos a la Navidad, estaba bastante deprimido, muchos recuerdos de la Navidad del año anterior abordaban mi mente y apesadumbraban mi sentir, la nochebuena del 2010 no seria la misma, para nada, el 24 de Diciembre del 2009 significa mucho para mí, por dos motivos importantes, primero es debido a que fue la última Navidad en que compartió con nosotros una tía muy querida, días después falleció de una lamentable enfermedad; la otra razón, no menos importante, es que ese día se inicio una relación sentimental, con alguien a quien ame mucho y cuando amas de verdad, ese sentimiento no desaparece, necesita tiempo, esta Navidad no estaría conmigo, la relación se termino después de unos meses, una historia que no compartiré aquí, no esperes bloglector que cuente todo lo personal en este blog. Al menos por ahora no pienso hacerlo.

En fin, no pintaba una Navidad como otras, llenaba un sentimiento negativo, triste, melancólico y nostálgico, por ello agradezco mucho y para mí fue el "pequeño milagro de Navidad"  haber asistido esta vez al Hogar, haber escuchado a Paciente, darle mi atención, resulto que ella me regalo mucho más, ayudarme a comprender que los problemas y tristezas se superan, si uno lo desea de corazón y se tiene el suficiente coraje para superarlo, hay mucho en esta vida por lo que uno debe sentirse feliz, ser muy agradecido con lo que uno tiene.

Aunque no sabia de mi estado de animo, tengo una amiga que es mi ángel guardián y de una manera u otra, siempre me apoya (aunque suelo ser ingrato), a tí gracias infinitas!

El próximo post si será de tecnología, pero siempre acompañado de experiencias personales. Gracias por darte un tiempo de leer este newbie de la blogosfera.

Para terminar, tengo devoción sana a la música de Silvio Rodriguez, y será frecuente su aparición en este blog. Un hermoso tema de Navidad, confieso que no lo habia escuchado, y fue gracias a mi mejor amiga Mery que la pude disfrutar esta Navidad.

3 comentarios:

  1. Heyyyyyyyyy...A tu promo no le vas a contar tus rollos personales???? Aaaaaaaaaahhhhhhhhhhh nnnnnnoooooooo :D
    Eliana

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  2. Vaya amigo, me quedé sin palabras luego de leerte y comparto contigo los sentimientos de indignación por tanto maltrato con Paciente, pero también doy gracias a Dios por su pedagogía con nosotros y en este caso para contigo :-)
    No dudo que este será un muy buen año para ti!!
    Te quiero mucho amigo...

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  3. Amiguito Felicidades por el Blog...!!!
    Con sentimientos de tristeza e colera por el atropello a su dignidad de persona "paciente".
    Sabes Algo paciente aprecio un monton el tiempo que tú le dericastes y me imagino que tu también.
    Saludos

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